Muchos propietarios de perros tienen la falsa creencia de que no se puede hacer nada en cuanto a la educación de su cachorrito recién adquirido hasta que tenga un buen montón de meses a sus espaldas, no se puede estar más equivocado, pues un cachorro de apenas dos meses de edad está aún en el periodo critico del imprinting y es necesario ¿he dicho necesario? OBLIGATORIO… hacer un buen trabajo de socialización para prevenir la aparición de futuros problemas de conducta y favorecer que se convierta en un perro sano y equilibrado en su edad adulta. Esta misma creencia les lleva a pensar que un cachorro con esa edad será incapaz de aprender nada y que deberán esperar a que el perro madure, pues bien, ha de saber usted, que a un cachorro con dos meses de edad aprende con una facilidad asombrosa si se le enseña de la forma adecuada. En muchos casos sólo nos planteamos en serio su educación cuando ya ha surgido algún problema de conducta que empieza a ser incontrolable…. y eso es un error!!
En realidad deberíamos reflexionar antes de adquirir un cachorro y darnos cuenta de que un perro es un ser vivo que puede permanecer a nuestro lado más de diez años, y si queremos que sirva al fín para el que se compró,… hacernos compañía y darnos ratos agradables de juego y felicidad…, deberemos hacer un esfuerzo y plantearnos en serio su educación desde que llega a casa. La educación de un perro no se limita a que aprenda unas órdenes, sino que es un concepto más amplio, en el que debemos incluir unas normas y pautas de conducta que el perro deberá aprender a respetar durante las 24 horas del dia.
Desde mi experiencia profesional he podido comprobar como se tornaba en desesperación, frustración o incluso miedo…la ilusión inicial con la que muchos propietarios adquirieron a su cachorro, debido todo esto a los problemas de conducta o carácter que fué adquiriendo su mascota a lo largo de los meses sin educación. El error que cometieron no fue más que ignorar que había que terminar de socializarlo, o esperar a que fuera más mayor para educarlo …. llegando al punto en que perro se ha convertido en un gran problema.
La educación de nuestro perro ha de cimentarse en la prevención… Y esto empieza desde que entra en nuestra casa en su más tierna etapa de cachorro. Es más fácil evitar que un perro aprenda una conducta desagradable que corregirla una vez que nuestro perro lleva un montón de meses repitiéndola todos los dias… Es más fácil socializarlo adecuadamente y formarle un carácter sociable y equilibrado, que corregir los desastres de una mala o nula socialización ¡¡ya saben, más vale prevenir que curar!!
Seguro que muchos de los nuevos o futuros propietarios se sienten asaltados por las dudas ¿Que podemos hacer para mejorar la socialización de nuestro cachorro?, ¿Por donde empezamos con su educación?, y si me equivoco, … ¿no empeoraré la situación? …etc
Como no es posible explicar la multitud de situaciones que se pueden dar, en la vida cotidiana con los perros y sus dueños, me limitaré a dar algunos consejos generales respecto a la socialización del perro y como afrontar su educación desde el inicio de vuestra relación.
Respecto a la socialización hemos de tener en cuenta que el periodo de imprinting o periodo de socialización más fuerte se encuentra entre las tres semanas de vida y las doce que es cuando finaliza. Es un periodo crítico en el cual, cualquier experiencia positiva o negativa, e incluso la falta de experiencias, marcarán de forma notable la vida del perro. El aprendizaje del cachorro durante este periodo no se limita a reconocer las especies con las que tendrá que convivir, sino que aprende también las normas básicas de conducta social, adquiere unos hábitos higienicos correctos y se acostumbra a los estímulos ambientales. Por tanto deberemos aprovechar al máximo este periodo proporcionándole al cachorro el mayor número de experiencias positivas con otros perros, personas, niños, ambiente urbano y animales de otras especies, evitando a toda costa que pueda sufrir cualquier tipo de percance negativo durante estas experiencias de socialización, que deberán ser supervisadas en todo momento. Por otra parte debemos valorar que en muchos casos el ciclo de vacunas de cachorro aún no ha concluido cuando llega a casa, por lo que existe un cierto riesgo de que pueda contraer alguna enfermedad potencialmente peligrosa para su vida, por lo que cuidaremos en nuestras salidas de que no tenga acceso a los focos donde puede contraer estas enfermedades con facilidad, normalmente lugares concurrentes donde los demás perros miccionan o defecan. Hay un cierto riesgo pero merece la pena, aunque cada propietario ha de tomar su propia decisión al respecto.
En cuanto a la educación de nuestro cachorro, el trabajo más intenso, más importante y eficaz será el que realizemos durante lás primeras semanas en las que llega a casa. Los cachorros son muy receptivos al aprendizaje, en la mayor parte de ocasiones si las primeras veces que un perro intenta hacer algo que no debe se le corrige, no vuelve a intentarlo. Es por esto que debemos aprovechar el tiempo inicial de nuestra relación para dejar claras las normas que rigen nuestro hogar de una forma sencilla.
Todos los miembros de la familia han de implicarse en la educación, ser coherentes, constantes y pacientes. No es posible que el perro tenga unas normas distintas con cada mienbro o que éstas normas sean aleatorias, es decir, si creamos una norma como por ejemplo “el perro no debe subir al sofá”, todos los miembros de la familia han de ser consecuentes y no permitirle subir nunca. Basta con que alguno no la cumpla en algunas ocasiones para que el trabajo de todos se estropee.
Por tanto hemos de crear unas normas claras sobre lo que el perro puede y no puede hacer, deben ser conocidas y respetadas por todos los miembros de la familia que deberán hacerlas cumplir, Por ejemplo si una norma prohibe el acceso del perro a los dormitorios, por un lado no debe tener acceso a ellos sin que alguien le pueda llamar la atención, es decir si se va a quedar sólo en casa sin control se cerrarán las puertas o se le dejará en un lugar desde el que no pueda , por otro, cuando intente entrar en presencia de algún miembro de la familia, éste deberá corregirle con un “No” serio en el momento que justo va a cruzar la puerta, evitando así que entre o expulsándolo hasta la entrada si transpasa la puerta. Con un cierto número de repeticiones el cachorro sabrá que hay un límite en esa puerta y no debe entrar.
Debemos evitar que aprenda conductas destructivas con los enseres de la casa, por lo que deberemos habilitar un lugar donde lo podamos dejar recluido cuando lo vayamos a dejar sólo, sin supervisión. En este lugar deberemos dejarle su cuna, agua y algunos juguetes o mordedores para que se entretenga en los periodos de soledad. Con esto cumplimos otro objetivo, que aprenda a estar sólo, con lo que minimizaremos el riesgo de que desarrolle en el futuro ansiedad por separación.
Debemos enseñarle a relacionarse correctamente con las personas, evitándo que salude echando las patas, que mordisquee las manos o la ropa durante el juego, que solicite atención de forma exigente, mantener una correcta jerarquización con la familia, dejarse manipular cualquier parte del cuerpo…etc
Es de vital importáncia crear una rutina de comidas y salidas para que se vaya acostumbrando a hacer sus necesidades en la calle, buscaremos un sustrato como tierra o cesped a donde lo llevaremos en las salidas, le animaremos diciéndole “pipi” u cualquier otra cosa, pero siempre lo mismo y lo premiaremos efusivamente cuando miccione o defeque. Al principio no sabrá que le queremos decir cuando le indicamos “pipi”, pero tras algunos dias habrá hecho la asociación.
Deberemos enseñarle al perro su nombre y algunos ejercicios básicos para mejorar nuestro control sobre él. se le deberá ir acostumbrando a sentirse cómodo con la correa, a caminar tranquilamente a nuestro lado, a sentarse, a tumbarse, a permanecer quieto y a acudir a la llamada. Conforme vayamos consiguiendo estos objetivos básicos podremos ir planteándonos otros objetivos más complejos.
Deberemos mantenerlo en un buen equilibrio físico-mental para lo que iremos introduciendo juegos que estimulen al perro psicológicamente, y a partir de la edad adecuada introduciremos actividades físicas que lo mantengan en forma. Evitaremos así que desarrolle esterotipias u otros problemas de comportamiento asociados.
Puedes hacer mucho por nuestro perro desde hoy mismo!!…no lo dejes pasar que mañana es tarde.
César Guzmán