NATACION EN EL PERRO

La natación tiene unos principios fisiológicos y mecánicos específicos, conocerlos hará que aprovechemos mejor este magnífico ejercicio en beneficio de nuestros perros. Se trata de saber no solamente el “cómo” sino el “porqué” y el “cuándo” de lo que podemos hacer.

COMO COMENZAR

No se trata de enseñar a nadar a un perro, el perro generalmente nada instintivamente, se trata de conseguir que le guste el agua, que goce, se divierta y permanezca en ella sin esfuerzo. Solamente se podrá entrenar bien al perro en el agua si éste accede con satisfacción al medio líquido y, por desgracia, no conseguimos que a todos los perros les guste. Así que hay que empezar gradualmente llevándolo por la orilla por donde no cubre, si fuera necesario incitarlo metiéndonos antes que él, buscándole como compañero a otro perro buen nadador para forzar el efecto troquelado, etc., pero lo que nunca debemos hacer es sumergirlo de golpe. No nos vale de mucho conseguir que un perro nade si odia hacerlo.

Algunos perros se ponen nerviosos en su primer día de agua y tienden a nadar verticales; en este caso es conveniente que el dueño se meta con él al agua y lo sostenga por el abdomen hasta que el perro se adapte… aprenden en seguida.

Otra precaución indispensable de tomar es procurar al perro una salida fácil del agua, lo que es sumamente importante si nada en una piscina y más aún si el perro no está habituado al agua y se pone nervioso. Si el perro tiene acceso libre a la piscina y ésta no tiene salida fácil es aconsejable cercarla.
La adaptación del perro al agua se efectúa rápidamente. En pocas sesiones se puede contemplar como el estilo de natación se hace más fluido y sin tanto esfuerzo aparente, la habilidad motora mejora con rapidez, incluso en perros que en los primeros días se veían pesados y nadando a “fuerza”.
La confianza en el agua es el factor principal, una vez conseguido es fácil enseñar al perro incluso a bucear y recoger objetos del fondo.

CONSUMO ENERGETICO Y PERDIDA DE TEMPERATURA

Los ambiente fríos aumentan el metabolismo basal debido a que el organismo tiene que gastar energía en mantener la temperatura corporal. El cuerpo aumenta su catabolismo por influencia del frío, en consecuencia el ejercicio dentro del agua acrecienta el consumo de energía por unidad de tiempo, gastándose más calorías para la misma intensidad de ejercicio que en seco. En condiciones normales el cuerpo necesita generar dentro del agua dos o tres veces más calor que en el aire en igualdad de temperatura. Precisamente por eso el cuerpo pierde 75% más calor en el agua que en el aire, incluso aunque la temperatura ambiente fuera tan alta como 30º o más.

La radiación y la evaporación son los principales mecanismos de pérdida de calor en el aire, en el agua lo son la conducción y la convención. El agua tiene una conductividad veintiséis veces más rápida que el aire.
Considerando juntos todos los sistemas de pérdida de calor del perro en seco, la radiación, conducción, convección y evaporación, en el agua su cuerpo pierde calor cuatro veces más rápido que en el aire y solamente mediante la conducción y la convención. La radiación y la evaporación son prácticamente inexistentes en el agua.

La hidrodinámica también colabora en la pérdida de calor, ya que los lujos que el avance del perro genera en el agua como consecuencia de la fricción lateral y la aspiración posterior intensifican su refrigeración por convención.
El tamaño corporal también es un factor, cuanto mayor es la superficie de contacto, más calor se infunde, los perros grandes y corpulentos tienen una relación pequeña entre el área superficial y la masa corporal.

El ejercicio incrementa la movilización de ácidos grasos. El frío hace que esta movilización se Dificulte por la constricción de los vasos que abastecen la piel y los tejidos subcutáneos donde se localizan los principales depósitos de lípidos, por lo que se reduce el flujo sanguíneo hacia el área de movilización y uso de los triglicéridos. En consecuencia el glucógeno muscular se utiliza a un ritmo más elevado en agua fría como fuente del ATP de lo que le correspondería por la intensidad del ejercicio.

La grasa también es importante por causa de su baja conductividad, a menos grasa subcutánea del animal, más propensión a la hipotermia.
Otro factor es la cantidad y calidad del pelo del perro. Los perros de razas seleccionadas para trabajar en el agua tienen un pelo más graso e impenetrable al líquido y mayor cantidad de panículo adiposo bajo la piel.

PROBLEMAS QUE PROVOCA LA PERDIDA DE CALOR

Los perros son homeotérmicos, la temperatura corporal se mantiene prácticamente constante a lo largo de su vida. Las fluctuaciones no son en condiciones de vida normales superiores a 1º C., aunque pueden variar de un día a otro e incluso de una hora a otra. Solamente las enfermedades, las condiciones extremadas de calor o frío y, sobre todo, cuando se realizan ejercicios intensos y prolongados hacen que las condiciones normales se desvíen. La temperatura corporal releja la existencia de un cuidadoso equilibrio entre la producción y la pérdida de calor. La temperatura del perro fluctúa entre alrededor de 38 y 39º. Perros pequeños y con poco pelo o sin pelo, pueden tener como mecanismo de defensa ante el frío un grado más de temperatura que la media.
Las temperaturas corporales bajas estimulan a los termoreceptores, estos mandan impulsos hacia el hipotálamo, se produce vasoconstricción, con lo cual se minimizan las pérdidas de calor a través de la piel. También se activan los músculos esqueléticos, produciéndose los temblores clásicos del frío que incrementan el metabolismo y generan calor haciendo que la temperatura corporal aumente.
El hipotálamo comienza a perder su capacidad reguladora de la temperatura cuando esta desciende tres o cuatro grados por bajo de lo normal. En ese caso hay que dejar inmediatamente los ejercicios en el agua e iniciar la recuperación, secando al perro y haciéndole moverse en tierra irme. Si el perro sigue temblando, signo inequívoco de defensa del frío, se le puede administrar también algún alimento instantáneo que contenga glucosa.
La hipotermia es menos frecuente en el perro que la hipertermia, el popularmente llamado “golpe de calor”, pero es incluso más peligrosa.

EFECTOS DE LA NATACION EN EL CORAZON Y EL SISTEMA CIRCULATORIO

En agua se requiere un ritmo cardiaco menor en hasta un 13% que a esfuerzos equivalentes en tierra. Esto es posible porque se favorece el flujo de sangre hacia el corazón, esto no solamente disipa mejor el calor que el aire, sino que produce una vasoconstricción periférica que incrementa el lujo de sangre hacia el corazón, así mismo aumentando el volumen minuto cardíaco y por ese motivo disminuye el ritmo cardiaco.
Pero a pesar de esta disminución del ritmo cardíaco, el cuerpo transporta más sangre oxigenada por cada correspondiente latido a los músculos motores. Así, aunque el cuerpo trabaje con idéntica eficacia y aporte de la misma cantidad de oxígeno que en tierra, el ritmo cardiaco medio es de unas diez y siete pulsaciones menos de lo que le correspondería.
Además tenemos que tener en cuenta que el corazón del perro trabaja en condiciones más favorables que el humano por la posición horizontal del cuerpo que no le obliga a luchar tanto con la fuerza de la gravedad como si estuviera en posición bípeda.

LA NATACION Y EL AUMENTO EN LA CAPACIDAD PULMONAR Y EL ENSANCHAMIENTO TORAXICO

En general, el volumen y la capacidad de los pulmones cambian poco con el entrenamiento, aunque éste sea aeróbico, la excepción es la natación. La capacidad vital (cantidad de aire que puede expulsarse después de efectuada una inspiración forzada después de vaciar los pulmones) aumenta levemente en atletas terrestres y bastante más en nadadores. Al mismo tiempo, el volumen residual (la cantidad de aire que siempre queda en los pulmones), baja ligeramente y los cambios en estos dos volúmenes están relacionados. La capacidad pulmonar total permanece casi invariable excepto, como ya hemos dicho, en los nadadores. Después de adaptarse suficiente tiempo al entrenamiento en agua, el volumen oscilante (la cantidad de aire que entra en los pulmones durante la respiración), no varía en estado de reposo y solamente parece aumentar cuando la intensidad del ejercicio lo requiere.
Los perros y todos los mamíferos llevan el aire a los pulmones por medio de un proceso llamado “respiración por presión negativa”. La “respiración por presión negativa” se basa en el principio de que el vacío, aunque sea parcial, no puede existir en la naturaleza. El tórax se expande por una acción puramente mecánica moviendo las costillas hacia fuera mediante la utilización del diafragma y de los músculos inspiratorios, tal como haría un fuelle, eso hace que, al ser la cavidad torácica y por lo tanto los pulmones, un espacio cerrado, se cree un vacío parcial con una presión atmosférica menor en los pulmones que automáticamente se tiene que llenar de aire para igualar la presión a través de las narinas, conductos nasales, faringe, laringe y tráquea y, ya en los pulmones, en bronquios y bronquiolos.

Entonces la acción de estos infla los pulmones y se iguala la presión. La expiración también se efectúa por la acción mecánica de los músculos torácicos expiratorios y el diafragma.

No hay que olvidar que el consumo de oxígeno es mayor en la natación que en el resto de las actividades deportivas. La capacidad máxima de consumo de oxígeno se aumenta con el entrenamiento de natación al aumentar el volumen pulmonar.
El entrenamiento de resistencia en tierra fortalece los músculos inspiratorios y espiratorios.
En cambio en el agua ese fortalecimiento es mucho más acusado en los inspiradores que en los expiradores. El perro entrenado tiene la capacidad vital (CV) un 10-15 % por encima de lo que sería normal en un perro sedentario.

Con la práctica constante de la natación en el perro cachorro y joven se pueden alcanzar valores superiores en un 40 % cuando llega a adulto.
La amplitud de la respiración o volumen móvil depende de la diferencia activa de impulsión expulsión de los componentes musculares torácicos y del diafragma.

El diafragma, músculo cupular situado en vertical por detrás de los pulmones, hace de pistón para facilitar el bombeo. Nace del esternón, las costillas y las primeras vértebras lumbares y separa el tórax del abdomen aislándolo de él y echándolo hacia atrás para conseguir mayor volumen. Es el músculo respiratorio por antonomasia. Cuando el perro suelta el aire se relaja y con ello disminuye la capacidad torácica al expulsar el aire.
La diferencia entre la inspiración y la expiración máximas constituyen la capacidad vital, dato que en el perro tiene un valor relativo ya que está íntimamente relacionada a la talla y al peso, condicionados por la raza, y el entrenamiento.
El incremento de la capacidad vital, que es real, es en parte el resultado del incremento de la potencia y tamaño de los músculos responsables de la respiración que flexibilizan y mueven la caja torácica y que no se utilizan tan intensamente durante otro tipo de ejercicios aeróbicos que exigen menos cantidad de oxigenación.

Dado que en el agua el volumen de aire que permanece en los pulmones en expiración tiene que ser mayor que en tierra para favorecer la flotabilidad, es decir que el perro no puede expulsar tanto aire en el agua como en seco, éste tiene que suplirlo intentando “inflar” más los pulmones. Este esfuerzo favorece el aumento de la capacidad pulmonar máxima.
La hidrodinámica se comprende analizando la acción de dos fuerzas de signo contrario. Una de ellas tiende a detenerlo, es la resistencia del agua. La fuerza que le impulsa hacia delante para vencer esta resistencia es la propulsión.
Existen tres tipos de resistencia hidrodinámica:

  1. Resistencia frontal,
  2. Fricción lateral
  3. Y aspiración

Posterior o resistencia de la estela.

Para nosotros, en relación con el tema que nos ocupa, solamente es importante la primera, ya que las otras dos no influyen en el desarrollo del pecho ni en las mejoras respiratorias y además no se pueden modificar con el entrenamiento. La fricción lateral es la que hace que los nadadores, para minimizarla, se afeiten el cuerpo. En el perro puede influir algo en contra en los perros de pelo largo y a favor en los de pelo corto. Pero en ambos casos la importancia sería mínima.
La primera, la resistencia frontal, es tanto mayor cuanto más robusto y ancho de pecho sea el animal. En ese caso la resistencia que tenga que vencer al nadar será mayor. Esta resistencia constituye uno de los factores que obligan a los músculos respiratorios del perro a hacer más fuerza para expandirse que en un medio menos denso, tal como es la atmósfera.

En cuanto a la propulsión, como es de esperar al ser el perro un animal cuadrúpedo, la efectúan las cuatro patas con participación mínima de la espalda e intervención postural del cuello y sus músculos para mantener la cabeza fuera del agua y guiar la trayectoria. Es un buen ejercicio para corrección postural de la columna vertebral.

Al contrario de cuando el perro se desplaza por tierra, son las patas de delante las que se llevan el 80% del esfuerzo de propulsión. El tren delantero puede concentrarse en el avance, ya que los pulmones, verdaderas bolsas de aire, mantienen el tórax a lote, en cambio las patas de detrás tienen que dedicarse simultáneamente a mantener el cuerpo horizontal, a impulsar y a la labor de timonear y cambiar de dirección. La cabeza marca la trayectoria que el tren posterior ejecuta. Es justamente al contrario de lo que pasa en tierra, en seco, la cabeza gira y el tren anterior ejecuta.
La flotación pasiva del cuerpo del perro depende de varios factores. Dos de ellos los forman la constitución física y la composición corporal. Cuanto más musculado sea el perro y más densa su musculatura mayor esfuerzo requerirá para flotar, en cambio tendrá más fuerza para la flotación activa y para avanzar.
Mayor robustez ósea implica más tendencia a hundirse, más panículo adiposo subcutáneo predispone a mejor flotabilidad y, sobre todo, a superior resistencia al frío.

El otro y quizá más importante factor lo constituye la capacidad de almacenar aire que tienen los pulmones. A riesgo de ser pesado repito que los pulmones tienen una gran importancia para la flotabilidad de la parte anterior del perro. A mayor capacidad pulmonar, más contenido de aire, y por lo tanto más facilidad para que el perro lote.

La capacidad pulmonar del perro aumenta con el ejercicio continuado de la natación porque se necesita más capacidad para proveer la doble función de ayudar a la flotación y a la respiración. Como ya mencionamos anteriormente la capacidad vital la constituye la diferencia entre el aire expirado y el inspirado. Lo que podríamos llamar coloquialmente la capacidad de fuelle, ya que como un fuelle funcionan los pulmones.
Como ya dijimos varias veces antes, el perro, y todos los animales de respiración pulmonar, no pueden expulsar tanta cantidad de aire cuando están nadando como lo harían si estuvieran en tierra. En consecuencia, y para facilitar la flotación, queda una mayor cantidad de aire residual en los pulmones. Pero como las exigencias de oxigenación son muy altas, el perro tiene que esforzarse en ampliar más su expansión con objeto de compensar esa cantidad de aire retenido. Esa es una de las causas, junto a la fuerza extra que los músculos torácicos y el diafragma tienen que hacer para vencer la resistencia del agua, de que el ejercicio prolongado de la natación favorezca el desarrollo torácico y pulmonar. Además es un crecimiento de dentro hacia fuera.

RESUMEN

Los cambios morfológicos en los perros cachorros y jóvenes se deben a dos factores muy fáciles de delimitar:

  1. La lucha de los músculos para expandir la caja torácica frente a la resistencia precisa para avanzar en un medio denso.
  2. La necesidad simultánea de mantener en los pulmones la mayor cantidad posible de aire como ayuda a la flotación y al mismo tiempo suplementar esa cantidad de aire que permanece estancada con otra como mínimo similar. Esto hace que los pulmones tengan tendencia a aumentar de tamaño y con ellos la caja torácica.

EDAD Y RESULTADOS

Si el perro es adulto la natación será para él un ejercicio aeróbico como cualquier otro. Es decir, favorecerá una condición física que repercutiría en su buena salud y en el rendimiento en otras diversas actividades físicas.
En los perros adultos solamente son posibles mejoras fisiológicas, las anatómicas son imperceptibles.
Los cachorros y perros jóvenes son los únicos que tienen la posibilidad de mejorar e incluso modificar la constitución física en un doble cambio anatómico y fisiológico. En ellos debemos centrar nuestros esfuerzos por una razón sencilla de comprender: porqué están en edad de conseguir resultados. Lo ideal es comenzar la natación sistemática en cuanto lo permita el plan de vacunaciones, en todo caso consultando antes al veterinario. Cuanto más joven empiece el perro a nadar más influirá la natación en las modificaciones de su constitución física, sobre todo en el ensanchamiento del tórax.
Cuando se empieza a entrenar precozmente a los perros jóvenes no se pueden distinguir las mejoras físicas conseguidas como consecuencia del entrenamiento y las que corresponden a la constitución genética, ambas se intercalan de una manera imprecisa, pero cierta. La natación permite al cachorro o al perro joven que pueden ampliar su capacidad torácica de dentro hacia fuera, cosa que no puede conseguir un perro adulto. Están en la edad en la que el organismo es plástico y se adapta fácilmente a los requerimientos del ejercicio.
Aunque se esté en edad apropiada no vale entrenar de manera esporádica, si se quiere obtener Resultados hace falta por lo menos tres meses de entrenamiento a un mínimo de dos o tres veces por semana para que el organismo acuse cambios y aún más tiempo para consolidarlos.

ALIMENTACION

Para una sesión de natación solamente de vez en cuando, es decir si no forma parte de su tabla de ejercicios habituales, no hay que preocuparse de adaptarle la dieta. En general, si el perro va a tener un día duro de ejercicio, sea porque va al campo de excursión, de caza, etc., lo ideal es distribuirle racionalmente su comida proporcionándole entre un cuarto y un tercio del total diario unas tres horas antes del esfuerzo para que su estómago no esté demasiado cargado al comenzar el ejercicio y sin embargo tenga la máxima energía. Este espacio de tiempo previene el efecto hipoglucémico producido por el pico de insulina inducido como secuela inmediata por la ingesta del alimento. Esta comida de preesfuerzo debería estar bien hidratada para que el perro pueda cubrir bien el gasto hídrico producido por el trabajo. Esto es de más valor si el ejercicio es en seco o si el perro va a caminar durante mucho tiempo antes de llegar al agua.
No obstante hay que considerar que no está mal en estas segundas circunstancias, obligar al perro a pasar un poco de sed antes de la sesión acuática, es un buen sistema para ejercitar la capacidad de metabolizar la propia agua del organismo.

También es aconsejable que exista este espacio de un par de horas entre la comida y el ejercicio en agua para prevenir cortes de digestión a causa del aflujo de sangre hacia las zonas periféricas y al abandono de sangre de los órganos digestivos.
El resto de la comida debe darse como mínimo dos o tres horas después del esfuerzo, y mejor es dejar pasar más tiempo para evitar las diarreas por estrés que se podrían producir al día siguiente.

En ambientes secos la energía se pierde en casi un 60-70% en producción de calor, esto es mucho más notable en ambiente frío ya que el metabolismo aumenta debido a que el organismo tiene que gastar energía extra en mantener la temperatura basal por adaptación al frío, por ello la natación requiere un aumento de la tasa calórica. En condiciones normales el cuerpo necesita generar dentro del agua dos o tres veces más calor que en el aire en igualdad de temperatura. Precisamente por eso el cuerpo pierde 75% más calor en el agua que en el aire, incluso aunque la temperatura ambiente fuera tan alta como 30º o más.
Sabemos que el ejercicio aeróbico a temperatura normal y a intensidad de menos del 60% incrementa principalmente la movilización de ácidos grasos. El frío hace que esta movilización se dificulte por la vasoconstricción en los lugares donde se encuentran radicados los principales depósitos de triglicéridos, por lo que se reduce el flujo sanguíneo hacia el área de movilización y su uso como combustible.

En consecuencia el glucógeno muscular se utiliza a un ritmo más elevado en agua fría como fuente del ATP de lo que le correspondería por la intensidad del ejercicio.

Así pues el contenido total de la dieta del perro que hace ejercicio regular en agua fría puede y debe llegar a un aumento de cerca del 50% de su dieta normal.
Debe proporcionársele una alimentación más calórica, aumentando la cantidad tanto de grasas como de hidratos de carbono de bajo índice glucémico.

COMO ENTRENAR AL PERRO EN EL AGUA

Una sesión de natación en un día normal de excursión requiere muy pocas precauciones en un perro con buena salud y en un clima caluroso o templado de primavera-verano. Solamente tomar las previsiones que ya hemos indicado con la comida y prestar atención a que no tiemble de frío. Si observa temblores es momento para que salga del agua y haga un poco de ejercicio en tierra hasta que entre en calor o de secarlo con una toalla. Nada más.
Una manera de entrenarlo que se acerca a lo ideal es jugar con él lanzándole un objeto a lo lejos, en el agua, para que lo recoja y nos lo traiga. Entre tirada y tirada y para que no baje de temperatura, se le puede hacer saltar alrededor nuestro encelándolo con el objeto que se le tira.
De vez en cuando alternar los recorridos por agua con carreras por tierra usando el mismo truco de lanzarle el objeto. Con esto conseguimos dos cosas. La primera que no le baje la temperatura a causa de permanecer demasiado tiempo en el agua. La segunda es favorecer una acción pulmonar más completa y complementaria con la del agua. Como ya hemos observado antes, la flotabilidad en el agua se ve favorecida por la retención de mayor cantidad de aire en los pulmones, con lo que la expiración no es completa. Al correr en tierra la acción espiratoria se lleva a su máximo efecto.
La complementación del ejercicio en agua con el de tierra produce un trabajo pulmonar completísimo.

IMPORTANTE

  • Para una sesión de natación en un día de excursión no hay que tomar precauciones. Con que haya comido un par de horas antes y vigilar que no se enfríe demasiado es suficiente.
  • Si quieres conseguir resultados tienes que planificarte por varios meses y con varias sesiones semanales, mínimo dos.
  • Para conseguir resultados tangibles anatómicos el perro tiene que ser cachorro o muy joven.
  • En perros adultos la natación es un ejercicio aeróbico más con resultados solamente en mejoras en la fisiología del esfuerzo, pero con nula influencia en cambios anatómicos.
  • Si sigues un plan de entrenamiento ambicioso tienes que planificar también las comidas, sobre todo teniendo en cuenta aumentar el número de calorías. La lucha contra la pérdida de calor consume muchas calorías extra.
  • Los cachorros y perros jóvenes son más sensibles a las bajas temperaturas y tienen menos defensas.
  • Los perros jóvenes parece que tienen menos capacidad de adaptarse a los cambios de temperatura, sobre todo tienen mayor pérdida por conducción debido a su mayor relación supericie-masa. Eso supone mayor riesgo de hipotermia. Se ha comprobado solamente en experimentos de laboratorio. No se disponen de datos reales en ambientes naturales, así que por prudencia se impone actuar muy conservadoramente.
  • Preocúpate de que esté correctamente vacunado y en buen estado de salud.
  • No esperes que la natación muscule a tu perro. Lo hará ensanchar y aumentará su capacidad vital.
  • Para los perros de caza, los galgos, los perros de trineo, etc., la natación es un magnífico ejercicio complementario.
  • La capacidad aeróbica aumenta por las adaptaciones pulmonares y cardiovasculares básicas.
  • Los ejercicios aeróbicos en seco y la natación constituyen un entrenamiento cruzado excelente para aumentar la capacidad vital. En tierra la expulsión del aire es más completa que en el agua y la toma de aire más incompleta y fragmentada además por la acción del jadeo. En cambio en el agua la expansión torácica es mayor y sin jadeos, pero la expulsión más incompleta. Conjuntando los dos tipos de ejercicios aeróbicos aumentaremos el rendimiento de cada uno de ellos y la capacidad vital.
  • También es un gran ejercicio para perros displásicos o con problemas articulares. En el agua no hay impactos, cambios de dirección bruscos ni movimientos imprevistos.
  • Para los perros con prognatismo o muy pesados es un ejercicio magnífico en época de calor y puede sustituir a la carrera.
  • Todo lo dicho en el artículo tiene como fin conocer un poco a fondo las ventajas y desventajas del ejercicio en el agua. La natación es
    un ejercicio natural que no necesita casi precauciones.

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