Salud y cuidados de los Pitbull

 

Existen cuidados que son comunes a todo tipo de perros y que deberemos tener en cuenta desde que llevamos al cachorro a nuestra casa, digamos, a su nuevo hogar. Mantener el régimen alimentario que el perrito adoptó en el criadero donde lo adquirimos es un punto importante. De ahí en más, a medida que crece, el animal irá cambiando paulatinamente la alimentación y aumentando las cantidades de alimento balanceado. De rigurosa necesidad es desparasitar al cachorro en la primera visita al veterinario, donde también comenzará con el plan de vacunación. Hasta que este no esté completo, no podrá salir a la calle ni estar en contacto con perros desconocidos.

El baño y el cepillado son siempre requeridos para mantener limpio y prolijo a nuestro animal. Como en este caso estamos hablando de un perro de pelo corto, como lo es el American Pit Bull Terrier, mantener su pelaje no es para nada complicado. Un baño cada tanto (según la época del año) y cepillado cada dos o tres días, y el perro estará siempre presentable.

También es importante para todos los perros el ejercicio diario. Hay ciertas razas que no precisan gastar tantas energías, pero en otros casos la única manera de evitar que destrocen la casa y se conviertan en seres hiperkinéticos es que realicen mucha actividad física. Cuando hablamos de los Pitbull, su necesidad está relacionada con su físico. La única manera de mantenerlo en forma es sacándolo a pasear diariamente. Son muy importantes las largas caminatas, para que el perro queme todas las grasas y calorías que adquirió al comer, y las convierta en músculos. Son perros que disfrutan mucho de la actividad física y de los juegos al aire libre pero, sobre todo, es algo que necesitan.

Esta raza no suele presentar enfermedades específicas, y en sí los ejemplares de Pitbull suelen ser muy sanos y resistentes, quizás esto se deba a sus orígenes y a los perfeccionamientos en la raza que se fueron dando con el correr de los años, con el fin de crear perros más fuertes y macizos. Esto no quita, de todas maneras, una visita regular al veterinario en los primeros meses de vida del cachorro, para comprobar que esté creciendo saludable, y tenerlo controlado luego, cuando ya es adulto, para asegurarnos de que todo marcha sobre rieles.

Hay que estar atentos a posibles problemas relacionados con el corazón, y también a los parásitos. Las pulgas y las garrapatas son un problema común a todos los animales, por lo que el Pitbull no es la excepción, al igual que lo que sucede con algunas enfermedades de la piel que pueden ser contagiosas.

Si hablamos de piel no podemos dejar de lado algunas afecciones a la que esta raza es propensa, como por ejemplo la piodermia o la demodeccia. Algunos ejemplares pueden llegar a resultar alérgicos a las pulgas o a determinados alimentos, generando una dermatitis que los hace rascarse de forma continua.

Por último no podemos dejar de lado la salud dental de nuestros Pitbull. El cepillado de los dientes, aunque suene extraño, es muy importante en todos los perros, y se debe acostumbrarlos desde pequeños. De esta manera, se evita la formación de sarro, la halitosis (mal aliento) y algunas enfermedades en las encías, cuyos tratamientos no son nada agradables. Por eso, como dicen siempre, “mejor prevenir que curar”.